Al hablar de alcohol y accidentes, parece que nos estemos refiriendo siempre a accidentes de coche, o de moto (incluso de bicicleta), pero esta no es toda la realidad.
Si en las fiestas de vuestro pueblo o barrio veis ambulancias, quizá lo que os viene a la cabeza -pensando en el alcohol- es que están allí para atender a los posibles comas etílicos. Pero si les preguntáis qué es lo que más hacen relacionado con la bebida, os dirán que atender pequeños accidentes.
Pequeños accidentes y no tan pequeños. Golpes, caídas, cortes hechos con vidrio, torceduras y lesiones de todo tipo.
Hay estudios que plantean que el riesgo de lesionarse aumenta 4 veces habiendo bebido alcohol, y se mantiene muy elevado no solo después de consumirlo, sino al día siguiente.
Así que hay cosas que podemos hacer si al día siguiente tenemos partido o nos interesa no ir con arañazos el lunes al instituto. Se nos ocurren algunas:
Una sería no beber 😉 evidentemente es la que tiene menos riesgos y nos permitirá mantener nuestra coordinación y nuestro equilibrio al máximo.
La otra sería escuchar a nuestro cuerpo y beber tranquilamente, a nuestro ritmo y no al de los y las demás, sin ganas de acabar por los suelos.
Y otra posibilidad, recomendable siempre, es ir tirando botellas de vidrio y plásticos a los contenedores de reciclaje, para no tropezarnos con cosas que no tendrían que estar allí.
Sinos gusta desfasarnos y hacer el cabra y trepar por los sitios para liberar adrenalina, nos podemos apuntara hacer escalada o algún deporte de aventura, o pillar el skate y no mezclar el alcohol 😉